lunes, 7 de septiembre de 2009

No solo la enfermedad Holandesa: Los desafíos que afrontan las naciones que se encuentran de golpe con una riqueza petrolera

El descubrimiento de enormes yacimientos petroleros en Brasil motivó al gobierno a impulsar una reforma al sector. Sin embargo, el mayor rol del Estado plantea dudas, sobre todo a la luz de experiencias pasadas, como lo que sucedió en Angola, Venezuela y México.

La propuesta fue anunciada por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva la semana pasada, y pretende dar origen a un nuevo marco de regulación a las empresas privadas, junto con entregar al Estado mayor control de las reservas petroleras mar adentro.

Sin embargo, los analistas recibieron con cautela el anuncio, debido a los desafíos que implica para un país convertirse de la noche a la mañana en una potencia mundial de petróleo. Gracias al descubrimiento, Brasil podrá subir al octavo puesto en la lista de las naciones con mayores reservas del mundo, desde el 16 que ocupa actualmente, dijo la semana pasada el presidente de la estatal Empresa de Pesquisa Energética (EPE), Mauricio Tomalsquim.

Maldición petrolera
Uno de los casos más citados al momento de dictar pauta sobre la administración de los recursos petroleros es Noruega. Luego del descubrimiento de yacimientos en la década del ’70, el gobierno estableció reglamentos que establecieron que el crudo era un recurso de propiedad común, dejando de lado el concepto de conservar los ingresos para las generaciones futuras.

Eso se revirtió en 1990, cuando las autoridades establecieron el Fondo del Petróleo, que desvía los ingresos de la industria hacia inversiones en el extranjero. De ese modo, quedan a disposición del gobierno sólo las ganancias sobre inflación, cercanas al 4%. El fondo, de US$ 400 mil millones, es administrado por el banco central para mantener su independencia del mundo político.

Asimismo, las autoridades establecieron canales de cooperación con firmas privadas, de modo de aprender de su know-how la mejor manera de administrar el recurso.

Sin embargo, este es un caso aislado. De hecho, los expertos hablan de la “maldición petrolera” al referirse a las riquezas naturales de los países, ya que el descubrimiento de grandes yacimientos ha causado en varias ocasiones deterioros en lugar de beneficios económicos.

Ese es el caso de Angola, por ejemplo, que emergió de su guerra civil como una de las economías de más rápido crecimiento gracias a los altos precios del petróleo.

Sin embargo, la riqueza no se ha distribuido a toda la población del país africano. Cerca de dos tercios de los angoleños vive con menos de US$ 2 al día, en un país que se ubica en el puesto 158 del lista de 180 naciones más corruptas de Transparency International.

Situación latinoamericana
En nuestra región hemos tenido una experiencia similar. En México, los ingresos originados del petróleo han sido absorbidos por el gobierno, en lugar de establecer un fondo como en el caso noruego. De hecho, el dinero que se obtiene del crudo cubre actualmente un 40% el gasto gubernamental. Eso ha dejado al país vulnerable a las crisis económicas, lo que ha sido ratificado en la recesión actual. Pero esto también tiene consecuencias al largo plazo, ya que la empresa estatal Pemex ha reportado pérdidas incluso cuando los precios del petróleo son altos, y no ha sido capaz de realizar las inversiones necesarias en investigación y tecnología para asegurar una mayor vida útil de los recursos.

La situación actual es dramática, ya que la producción ha presentado un descenso desde 2004, debido a que los campos encontrados en 1970 entraron en su fase de caída.

Otro país que ha caído bajo la maldición es Venezuela. El petróleo convirtió a esa nación en la más rica de Latinoamérica en la década del ’70, pero desde los ’80 el proceso se revirtió, ya que el crecimiento de la población superó ampliamente al incremento de las ganancias petroleras.

Los intentos por ahorrar parte de los ingresos petroleros han sido infructuosos, sobre todo debido a que el presidente Hugo Chávez ha aprovechado el alto precio del petróleo en los últimos años para impulsar millonarios programas sociales y nacionalizar sectores clave de la economía.

El incremento del gasto gubernamental ha tenido además otro efecto secundario: el alza sostenida de la inflación. El Índice de Precios al Consumidor subió 2,2% en agosto, pese a que el país se contrajo por primera vez en cinco años en el segundo trimestre, acumulando un alza de 15,6% en lo que va del año.

La iniciativa brasileña
Las reservas encontradas en Brasil en 2007 se ubican bajo una capa de sal en aguas ultraprofundas a lo largo de una franja de 800 kilómetros de su costa sur y, según los expertos, contienen entre 50 mil millones y 100 mil millones de barriles. El proyecto, que debe ser aprobado por el Congreso, incluye medidas para fortalecer a la petrolera estatal Petrobras en las próximas licitaciones de los depósitos. La iniciativa incluye también crear un fondo para financiar proyectos de salud y educación para los pobres, además de una agencia estatal para administrar contratos petroleros.

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